Miquel Serra – Sant Quirze de Besora – 27/07/2016
Los que llevamos más de medio siglo cazando, hemos vivido cantidad de cambios importantes en nuestra afición. Uno de ellos y por muchos recordados en estas fechas por su proximidad, son las medias vedas.
Para muchos de nosotros aquellos días tenían una gran importancia dentro de la temporada, actualmente, no creo que muchos cazadores le esperen.
Si analizamos los motivos de este cambio, encontraremos diferentes y variados. El primero, puede que en aquellos años del siglo pasado había una temporada corta, que iba de mediados de octubre a primeros de febrero, y una quincena de días en agosto; la llamada media veda. Actualmente diría que entre caza pequeña y mayor, prácticamente se puede cazar todo el año. Esta circunstancia hace que muchos cazadores, ante tantas oportunidades de llevar escopetas y rifles a pasear, ya no valoran la oportunidad de aprovechar la media veda.
También tiene mucha importancia -en esta reducción de efectivos armados a salir al campo por estas jornadas-, el bajón de pájaros donde poder dirigir nuestros rasgos.
Las tres especies básicas de la media veda, eran y todavía son: codornices, tórtolas comunes y palomas torcaces.
Las codornices y las tórtolas comunes, salvo raras excepciones, prácticamente han desaparecido de Cataluña. En cambio las palomas torcaces, dentro de su progresión, son los únicos clientes que todavía les toca recibir en estos días.
Vemos pues cómo los pájaros que nos llegaban a la primavera de las emigraciones africanas -aquí en nuestra región- han dejado de llegar, no porque los cazadores hemos terminado su clase, mejor diría que ha sido por otros motivos: variación de sus rutas migratorias, disminución de cupos, cambio climático, y otros.
La disminución del número de pájaros que nos llegaba de África, al menos en lo que se refiere a las codornices, ha sido importante, los motivos, diferentes: muchos ya no pasan el estrecho tanto de bajada, al quedarse algunos en Andalucía y Extremadura, como de subida al hacerlo en Marruecos. En muchos cultivos de regadío que han proliferado por allí, víctimas de las cacerías legales que ahora ya organizan los marroquíes como reclamo turístico, o ilegales con redes chinas.
Las tórtolas comunes, les ha pasado algo parecido y en Catalunya apenas llegan.
Los pocos cazadores que salen los días de la media veda, suelen ir detrás de las palomas torcaces, pájaro que de hace unos años anso va colonizando todos los lugares. Si a mediados del siglo pasado, prácticamente estos pájaros sólo se los podía encontrar en los fríos inviernos en bandos más o menos importantes, cuando bajaban del norte de Europa, hoy -en nuestra casa-, los vemos por doquier: en los alrededores de los pueblos, en los jardines del medio de las ciudades, en la costa, en el interior. Ante esta proliferación y aprovechando las reuniones que después de segar se forman en los rastrojos para aprovechar los granos que han caído al suelo, fuerzas cazadores salen a desempolvar las escopetas en agosto.
Ésta es la triste realidad, de lo que ha quedado de aquellas esperadas medias vedas.