¡Así, no!

Estos días ha llegado a mis manos una circular de la Federación Catalana de Caza de Gerona, con número 63 de salida y fecha de 7 de agosto de 2019.

CARTA SOCIEDADES TEMA DECRETO COMERCIALITZACION CARNE DE CAZA

En dicho artículo, entre otras cosas, contrariados por los meses de complicadas negociaciones con la administración y por la falta de respuesta de la misma sobre las reivindicaciones de esa Federación sobre la comercialización de la carne de caza, deciden lo siguiente:

«Recomendamos que se siga la decisión de cazar sólo para autoconsumo o bien si las necesidades requiriesen cazar por daños, sobrepoblación, etc… y no es posible comercializar, dejar las piezas cazadas, con todas las consecuencias que esto comporta«.

Esta recomendación constituye a todas luces un despropósito y una gravísima irresponsabilidad que pone en evidencia lo siguiente:

• Una nula capacidad de negociación por parte de esa Federación.

• Una tremenda pataleta infantil sin medir las consecuencias. Si los cazadores actuasen así con la Federación cuando, como ha sucedido este año en la Orden de Vedas, desaparecen casi un 30% de las especies cazables y ésta casi no incide en ello (por mucho que digan que van o han interpuesto un recurso) ni ha convocado siquiera una manifestación de protesta, no habría posibilidad alguna de entendimiento.

• Sitúan sus intereses o reivindicaciones sobre la propia ética de la caza. A la que, sin duda, pertenece el aprovechamiento de lo cazado

• Dan un excelente motivo a los «ecologistas» para apoyar sus tesis de que a los cazadores lo que realmente les interesa es pegar tiros.

• Tira por los suelos todo el trabajo que se está haciendo desde algunos sectores y desde algunos medios independientes como Cinegeticat, consistente en reivindicar un modelo de caza sostenible, conservacionista, de respeto hacia la propia fauna y de su a aprovechamiento culinario

Por todo ello, no estaría de más, que quien demuestra tan nula capacidad para negociar y tan escaso respeto por las reivindicaciones de los cazadores, fuera pensando en dimitir y en pasar el relevo a otros más capacitados que sepan mirar al bosque desde arriba y no se pierdan, a las primeras de cambio, entre su follaje.

Sospecho que esta petición de dimisión no causará efecto alguno porque en este país Dimitir es un nombre ruso. Me temo que pasará como es habitual: la Federación actuará cuando tenga presión del colectivo y entonces anunciará reuniones con la administración para calmar los ánimos, que seguramente serán poco o nada fructíferas. Así seguro que consiguen una cosa: dejar pasar el tiempo, mantener sus sillas y perpetuar la inacción en defensa de la caza y del colecticio cazador.

Esta forma de hacer no representa una buena parte de los cazadores. ¡Así, no!

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