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Cecil la caca Caça

Redacción – Barcelona – 01/08/2015

Debido al alboroto y ataque al colectivo cazador después de que saliera en diferentes medios la noticia de la muerte de un león simbólico en Zimbabue por un cazador americano, la redacción de CINEGETICAT ha decidido ponerse en contacto con diferentes cazadores que practican este tipo de cacería para hacer una nota aclaratoria al respecto.

Para cazar en Zimbabue, el gobierno impone una cuota anual de animales a abatir con el asesoramiento de la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestre ( CITES ). Normalmente la cuota anual de leones a abatir oscila la treintena.

El cazador que esté interesado en pasar una aventura cinegética en este País, debe disponer de un permiso para cazar en terrenos privados o una autorización para hacerlo en terrenos públicos, y siempre debe ir acompañado de un guarda forestal. Además, también suele ir acompañado del guía profesional de la empresa donde ha comprado el viaje de caza.

Por tanto, cuando se contrata una cacería en este País, la empresa mediadora debe pagar las tasas correspondientes, disponer de todos estos permisos para poder hacerla legal y el guarda forestal debe controlar en todo momento que esto sea así.

Hay gobiernos que pagan a departamentos específicos por el mantenimiento y control de las especies, ya sea porque la percepción social sobre el cazador está muy mal vista o porque es un País poco atractivo cinegéticamente. De esta forma se pueden regular las densidades de éstos animales que, según el CITES y el propio gobierno, deben rebajarse para garantizar el equilibrio.

La cacería de un león oscila entre los 25.000 y los 120.000 dólares y suele durar entre una semana y un mes. Aproximadamente el 80% de las tasas de esta cacería se reinvierten inmediatamente en el territorio y en los poblados donde se ha efectuado la cacería.

En estos países, la caza internacional supone un 30% del PIB y debe tenerse en cuenta que esta caza es para equilibrar excedentes de animales y está totalmente regulada.

Cecil era un león de 13 años y símbolo del País, vivía en una reserva natural donde le mantenían como reclamo turístico y lo alimentaban artificialmente porque por sí solo ya no podía cazar, llevaba un collar localizador y ya estaba en la carrera final de su vida, puesto que en condiciones naturales los leones viven entre 10 y 13 años.

Las técnicas de caza en estos países son diversas, una de ellas consiste en poner un señuelo (animal muerto) en las proximidades del hábitat de la presa y esperar a que salga a depredar para poder cazarla. Presuntamente esto es lo que hicieron los guías profesionales que alquiló Palmer (el dentista americano que contrató la cacería), poner un señuelo en las proximidades del parque, en una zona autorizada para cazar, para atraer al León y poderlo abatir. Se cree que el error fue que el guía profesional, que es el que ordena a qué animal echar, no se dio cuenta de que se trataba de Cecil y autorizó el abatimiento.

Como conclusión final podemos afirmar que la caza internacional está legislada y autorizada, aporta unos beneficios muy importantes al territorio y que, si no lo hicieran los cazadores de países más desarrollados, los gobiernos deberían pagar por extraer a los animales que toca cada año.

Otra cosa es que la cacería no haya sido legal ni autorizada, entonces hablemos de caza furtiva. En este caso, ¡condenamos totalmente los hechos! Sin embargo, esto lo tendrán que decidir las autoridades correspondientes.


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