Josep Vila – Manresa – 10/05/2017
El Govern acaba de anunciar varios cambios en la estructura del Departamento de Agricultura, que afectan al colectivo de los cazadores. En primer lugar, se ha elevado el rango institucional del Cuerpo de los Agentes Rurales, que volverán a partir de ahora a disponer de una Dirección General propia. Debemos esperar que esta autonomía reforzada no irá en detrimento de la necesaria cooperación y coordinación que deben mantener con el resto de los agentes del DARP que también planifican y controlan el conjunto de actividades que se realizan en el medio natural.
También, la Dirección General de Montes, previamente Dirección General de Bosques y Biodiversidad, pasa a llamarse Dirección General de Ecosistemas Forestales y Gestión del Medio. Más allá del simbolismo del cambio de nombre, que sirve para reflejar la prioridad del DARP hacia la protección de los ecosistemas naturales, debe celebrarse la palabra «gestión» dentro del nombre de esta nueva DG disminuida de los Agentes Rurales.
Los dos principales elementos que afectan a los ecosistemas forestales en Cataluña son hoy el cambio climático y las sobrepoblaciones de animales salvajes y, los cazadores, somos una de las herramientas más potentes que tiene el territorio y la administración para gestionar este segundo problema .
Por último, se descentralizan algunas unidades desde los Servicios Territoriales del DARP de Barcelona hacia Vic: ganadería, ayudas y bosques.
Celebro este acercamiento al territorio donde los problemas no se ven con la misma frialdad que desde los despachos de Barcelona. Ahora bien, lamento que la sección cinegética no se descentralice también, y no es por carencia de profesionalidad del equipo de Barcelona, sino por lógica, eficiencia y eficacia de la administración. Sería bueno, si es posible, que el Gobierno se replanteara esta decisión y accediera a acercar la gestión al territorio.
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