Denis Boglio - Solsona - 02/16/2018
La Federación de entidades animalistas acaba de volver a culpar a los cazadores de las sobrepoblación de animales en Cataluña, para pedir de nuevo la prohibición de la caza.
Aunque difieren de ellos a la hora de buscar soluciones, tenemos que compartir, sin embargo, el diagnóstico de la situación actual: tenemos cada vez más jabalíes en nuestro territorio, Que generan cada vez más problemas y preocupación ciudadana.
Basándose en este hecho, desarrollan una visión voluntariamente sesgada, en la que la caza no puede solucionar el problema y que por tanto, se podría prescindir. nosotros mismos llevamos años contando y reclamando una mayor implicación por parte de la administración, que fins fa molt poc, ha tingut altres prioritats. Els límits de l’acció de les colles senglaneres és evident, però no per això la caça perd la seva utilitat, ben al contrari. Tot i que en les condicions actuals, només pot ajudar a limitar l’augment de les poblacions de senglars, sense l’activitat dels caçadors, aquest problema seria infinitament més greu avui en dia.
Sacamos de la foto los cazadores y al día siguiente tendremos una revolución de los agricultores y de los automovilistas. Buscar únicament en el col·lectiu caçador la solució a un problema complex, a gran escala i que porta dècades gestant-se, és ingenu i il·lusori. Podria fer dubtar de la bona fe de qui utilitza tals arguments. Les batudes actuals són una solució temporal a un problema de danys a nivell local. Qui pretén el contrari s’autoenganya.
Después, se acusa a los cazadores de favorecer que los jabalíes vayan a las zonas urbanas durante la época de caza. Esto, sin mencionar el hecho suficientemente relevante que es la época en la que tienen menos comida disponible en el bosque. Nos encontramos de nuevo ante una obsesión de este mundo urbano, de protegerse de lo salvaje que le viene de las zonas rurales. Cada vez que la realidad les recuerda que el mundo rural no es el pesebre que imaginan desde el coche durante las escapadas de fines de semana, se encuentran incómodos, perturbados en su equilibrio porque la naturaleza salvaje les invade su espacio urbano controlado . Y van más allá, vinculando a través de dudosas referencias científicas, la idea de que al desplazar jabalíes de las zonas rurales a las urbanas, éstos pueden traer sus enfermedades y contagiar a los humanos. Mientras eran campesinos y rurales los que convivían con estas bestias feroces y enfermizas que son los jabalíes, los animalistas no se preocupaban demasiado. Pero ahora que el peligro está a punto de cruzar la ronda de arriba, han activado el «código rojo«!
Otro argumento retorcido que utilizan es que la caza favorece los accidentes de tráfico. Esta afirmación violenta la razón de quien se haya interesado mínimamente en la cuestión. Es cierto que la mayoría de accidentes de tráfico ocurren durante el periodo hábil de caza, pero también es cierto que es el período en el que los animales deben moverse más para encontrar comida. Tras el cambio de la Ley de Tráfico hace unos años, las indemnizaciones imputables a los titulares de cotos han bajado de forma muy importante. Esto quiere decir que como consecuencia directa de una acción de caza, hay pocos accidentes, Y que la gran mayoría de accidentes de tráfico con fauna no está vinculada con las redadas. Y ahora si por un momento y con una mínima honestidad intelectual, imaginemos la situación de las carreteras sin los cazadores .... Quién dará la cara ante una explosión de accidentes de carretera? Para que la solución que se nos propondrá al final es una campaña de esterilización de animales, que no reducirán la población de forma significativa a menos de aplicarla de forma masiva en partes importados del territorio. Sin la caza, la siniestralidad vial sería un problema nacional mayor.
De forma insidiosa dan a entender que la caza es «generalmente rechazada por la sociedad». Será por su sociedad, la más urbana y desconectada de la vida rural. Tenemos, es cierto, una gran responsabilidad en la lucha de la batalla de la percepción social sobre la caza, en la que no está claro que estemos ganando. Ni las federaciones que deberían representarnos y defendernos ni la administración hacen buen trabajo en este ámbito, y por eso lo tenemos que hacer cada uno a nuestro nivel: explicar, explicar, explicar. Es sintomático también que en las sociedades del centro y norte de Europa, la caza está bien aceptada y asociada a valores societarios positivos.
El rechazo de la caza aquí es UNA GRAN MENTIRA de los animalistas, que la están generando a golpes de repetirlo sin cesar. Y nosotros, ¿quién nos defiende ???