Denis Boglio – Solsona – 01/06/2017
El Estado de Texas, en Estados Unidos (superficie equivalente a 20 veces la de Cataluña), tiene una población de jabalíes (salvajes e hibridados con cerdos de granja) de varios millones de individuos. Los daños a la agricultura representan decenas de millones de dólares anualmente. Después de años de intentos fracasados por mantener las poblaciones a raya, su Departamento de Agricultura acaba de autorizar el uso de un potente biocida anticoagulante que actúa al igual que para la eliminación de las ratas: el animal, poco después de la ingestión, sufre una fatal hemorragia interna. La administración de Texas acaba de autorizar a los propietarios de fincas ya los agricultores a hacer uso de este producto tóxico en forma de pienso, en dosis insuficientes para afectar a animales mayores como ciervos o vacas. Esta decisión ha recibido el apoyo de los agricultores, mientras que los ecologistas y cazadores se opusieron al mismo, por el riesgo que representa a la hora de consumir la carne de los animales que hayan ingerido el producto.
Entre 2006 y 2010, la población de jabalíes ha aumentado un 21% anual en Texas, lo que después de que las capturas anuales representen un 29% de la población cada año. Vemos con ello que la dinámica natural realmente es de un crecimiento anual muy importante del 50% de la población. Para llegar a estabilizar la población, los científicos consideran que debería reducirse anualmente un 70% de los animales, durante varios años consecutivos, algo difícil de plantear en la práctica.
En 2012, se autorizaron los silenciadores para la caza del jabalí. También se realizaron pruebas de envenenamiento con nitrato de sodio, que disminuye la capacidad de la sangre para oxigenar el cerebro y produce la muerte en menos de 2 horas, sin efectos secundarios por los depredadores posteriores. Una solución que ha funcionado en Australia y que ha permitido reducir poblaciones en más del 80% en grandes áreas. Tras autorizar la caza de jabalíes con helicópteros unos años atrás, ahora se acaba de aprobar una ley para autorizar la caza desde globos aerostáticos. Otra estrategia del Departamento de Agricultura de Texas ha sido el pago de premios en metálico, a su vez por los cazadores y para las sociedades, en función del número de animales eliminados, a aproximadamente 2€/animal por los cazadores individuales, y hasta 18.000€ por la Sociedad con mayor actividad, por cada temporada. Sin embargo, los resultados de momentos son limitados y el problema de la sobrepoblación de cerdos fieros sigue siendo una preocupación importante.