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Estimular la motivación para cuidar la codorniz

codorniz

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Dr. Jesús Navidad – Lleida – Marzo 2018

Artículo publicado en la revista nº 25 Cinegeticat

Estimular la motivación para cuidar la codorniz

La codorniz es una pequeña ave migratoria del orden de las galliformes (comúnmente conocidas como gallináceas) y pertenece a la familia de los fasiánidos. Esta es la familia más moderna de todo el orden e incluye, además de las codornices a las perdices, los faisanes, los pavos y los gallos. Dentro de las codornices y en el género Coturnix hay 8 especies, con un gran número de subespecies. El concepto de especie actualmente está cambiando porque las técnicas de la biología molecular permiten discernir nuevas fronteras. Del mismo modo que se pueden crear muchas nuevas especies y subespecies, se podrían agrupar éstas en un número más reducido.

La codorniz común

La codorniz común (Coturnix coturnix) habita nuestros campos desde la primavera hasta el inicio del otoño, la podemos encontrar en todas las latitudes y altitudes (excepto por encima de los 2.400 m) siempre que disponga de cobertura herbácea idónea para encontrar alimento y protegerse. Para ser migradora y tener una estrategia de vida acoplada a la maduración de las plantas, su estancia resulta efímera a la vez que altamente selectiva. Por eso unos años está presente y otros no, a la vez que siempre suele escucharse en el mismo lugar hacia las mismas fechas. Se trata pues de un ave imprevisible que mantiene en suspenso al cazador.

A diferencia de muchas aves migradoras que tienen sus poblaciones en declive, la codorniz es una excepción porque mantiene bien su población dentro de las fluctuaciones anuales esperadas. ¿Cómo un animal silvestre puede sobrevivir a los impactos que las actividades del hombre ocasionan sobre su hábitat? Tenemos muchos ejemplos de especies que aprovechan la urbanización y transformación de nuestro entorno para aumentar el tamaño de sus poblaciones, como gatos, jabalíes, zorros, ratas, palomas, gaviotas, cotorras... a la vez que muchos más ejemplos de especies que desaparecen porque las actividades humanas degradan y destruyen su hábitat. A diferencia de lo anterior, la codorniz se mantiene porque a pesar de la gran mortalidad que las actividades humanas le ocasionan, su capacidad reproductora llega a contrarrestar esta mortalidad.

Una autentica luchadora

Un ave que es capaz de llegar a cualquier lugar y de resistir los impactos negativos que el hombre hace a la naturaleza, es un tesoro único que debemos cuidar. Habitualmente entre los cazadores está arraigada la falsa creencia de que en las aves migradoras no vale la pena cuidarlas. En los grupos de whatsapp circulan vídeos de cómo los magrebíes capturan decenas de codornices con redes, o de grandes cacerías, por el número de ejemplares abatidos, en los países africanos o del Este europeo. Estos cazadores son habitualmente españoles, franceses e italianos, llevados por empresas de turismo cinegético hacia destinos donde el hombre aún no ha dañado demasiado el campo. En muchas de estas operaciones, se utilizan artes aquí prohibidas para concentrar las codornices y facilitar y garantizar su caza comercial.

Vivir la caza natural

La caza natural de la codorniz no debe usar la tecnología para atraer a los animales. No es ético, ni legal, ni genera la satisfacción que se recoge después de haber hecho un gran esfuerzo de atención y tensión, en el que se libera mucha adrenalina y pasión. La caza natural no es comparable a la caza de los juegos de consola, ordenador y realidad virtual. Vivir la naturaleza no es parecido al ocio artificial y comercial. La caza natural exige preparación y dedicación continua, antes y después de la jornada.

Para localizar y levantar la codorniz necesitamos un buen perro de caza, un compañero bien educado, entrenado, compenetrado y sincronizado con nosotros. El equipo del cazador y su perro tienen en la codorniz el mejor reto y la escuela idónea para el aprendizaje.

La codorniz es un ave valiente y astuta que no se entrega fácilmente. Todo lo contrario, intentará pasar desapercibida a pesar de estar casi pisándola. Si puede nos dará la vuelta y huirá por la espalda, detrás nuestro para burlarnos y escapar victoriosa.

Preparamos el coto por la codorniz

Si la codorniz es capaz de resistir a pesar de la urbanización de la tierra y de las transformaciones del campo, si llega a cualquier lugar, si está presente cuando tiene disponible hábitat de calidad ¿por qué no cuidamos nuestros cotos para la codorniz? Seguro que nos entretendrá unos cuantos años (los que seamos capaces de mantener la ilusión), también nos exigirá mucha paciencia (la misma o más que para localizarla y levantarla) y nos proporcionará emociones intensas.

Hay cazadores que no se sienten satisfechos si su percha de codornices no es muy voluminosa, pero hay muchos que saben disfrutar esta dificultad de conseguir una o ninguna captura. Quedan enormemente contentos aquellos días en que consiguen varias capturas y superan las previsiones.

Mantener las capitales de provincia tal y como están (Huesca, Burgos, Segovia, León, Lleida, Zamora)

Hemos tomado como referencia 3 cotos de la provincia de Burgos, 4 de León, 1 de Segovia, 1 de Zamora, 2 de Huesca y 2 de Lleida para ver la posibilidad de cuidar la codorniz y de comparar los resultados de caza esperados con los obtenidos durante la temporada 2004.

Toda la superficie del coto no es útil para la codorniz. En la muestra de los cotos estudiados, es superficie útil el 82% en Burgos, el 67% en León, el 42% en Segovia, el 15% en Zamora, el 75% en Huesca y el 38% en Lleida.

Los cotos elegidos no representan la situación media de los terrenos de caza en estas provincias, sino que sólo muestran los terrenos donde cazan algunos de los colaboradores habituales con los estudios de la codorniz que realizamos.

Casos concretos

Por ejemplo, los cotos de Lleida pertenecen a la alta montaña, donde la mayoría de las superficies son bosques y tienen muy poco terreno útil para la codorniz. Las superficies que incluimos en la muestra del ejemplo representan el 2,7% de la provincia de Burgos, el 1,8% de León, el 1,9% de Segovia, el 0,3% de Zamora, el 2,1% de Huesca y el 0,9% de Lleida.

Por lo tanto, los datos presentados resultan un caso orientativo para ver qué podemos hacer en situaciones concretas y no son extrapolaciones válidas para el total de las provincias citadas. La densidad media estimada durante 2014 por el ejemplo es de 0,77 codornices/hectárea en la provincia de Burgos, de 1,01 codornices/hectárea en León, de 0,64 codornices/hectárea en Segovia, de 1,89 codornices/hectárea en Huesca y de 1,55 codornices/hectárea en Lleida.

Los valores de densidad son altos, especialmente para los cotos del ejemplo de Lleida y Huesca, ya que lo habitual es que la densidad media de los cotos de estas dos provincias sea diez veces menor que la del ejemplo. Del mismo modo hay cotos de Burgos y León que multiplican por varias veces la densidad de codorniz.

¿Qué podemos hacer?

Además, todos estos valores de abundancia cambian cada año. Lo importante es que nos sirven para mostrar que si hacemos mejoras del hábitat podemos tener codornices en nuestro coto. Las codornices marchan del coto porque después de la cosecha del cereal se labran los rastrojos y no queda hábitat para sustentarlas.

Podemos crear hábitat pagando a los agricultores para que mantengan los rastrojos hasta octubre, para que siembren alfalfa, pipirigallo, raigrás, pratense, girasol, sorgo y tramuz; para que conserven las márgenes con los arroyos y desagües, para que no entuben la red de drenaje; para que creen cultivos para la codorniz, como el mijo; para que retrasen la cosecha, para que no recojan por la noche, para que retrasen el embalaje y no embalen por la noche.

Todo ello aumentará considerablemente la abundancia de codorniz en nuestro coto. También podemos desarrollar y hacer cumplir normas éticas que fomenten la codorniz. No disparar sobre polladas, limitar los horarios, el número de perros, las jornadas, las capturas y evitar el uso de medios electrónicos.

De tú a tú, caza natural y sostenible

El uso de teléfonos, geolocalizadores, reclamos, collares electrónicos, etc... supera con creces las posibilidades de la codorniz y convierten su caza en artificial, lejos de la caza natural deseable.

Como media, la eficacia del cazador es del 65% en codornices capturadas en relación con las codornices levantadas, que es un dato muy alto comparado con los resultados para otras especies. El uso de los medios artificiales puede aumentar mucho este índice, a la vez que puede disminuir la supervivencia de la población.

Para cuidar la codorniz es importante respetar las codornices invernales, no dispararlas, ni cazarlas, ya que ellas son el apoyo para las codornices de la próxima temporada. La codorniz es un importante motor económico de muchas zonas rurales, ya que atraen a los cazadores en estas zonas.

Crear y desarrollar la cultura de la caza natural y sostenible de la codorniz es relevante para la conservación de la especie, de los ecosistemas herbáceos, de su fauna y de los servicios ecosistémicos que nos aportan.

Tenemos muchos motivos para estimular el cuidado de los hábitats que necesita la codorniz; se trata de negociar pagos para compensar las tareas agrarias que ayudan a crear y sostener estos hábitats. El valor de la codorniz salvaje nos lo recompensa.

Agradecimientos: a los cazadores hispanos y sus familias que pacientemente y con ilusión participan y colaboran en todos los estudios que desde la Universidad de Lleida hacemos sobre las especies cinegéticas.


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