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La cabra montés se reproduce en la reserva de caza del Alt Pallars

Prensa Gencat – Barcelona – 05/08/2016

Este mes de julio se han podido observar y captar imágenes de crías de cabra salvaje (Capra pyrenaica) en Lladorre (Valle de Cardós). Denominada herco en el catalán de hace un siglo, ésta es la primera documentación gráfica de nacimiento en territorio catalán después de su reintroducción en los Pirineos ariegeses, hace un par de años. Además es la primera reproducción en más de un siglo, ya que este ungulado salvaje desapareció en la zona entre finales del siglo XIX y comienzos del XX. Este nacimiento ha sido constatado primero por técnicos de la reserva nacional de caza del Alt Pallars y del parque natural regional de Ariège. También a finales de julio una pareja de excursionistas pudieron observar otro ejemplar de cría también en el Valle de Cardós.
foto: DARP
foto: DARP
El proyecto de reintroducción de este animal (subespecie de la sierra de Gredos) está liderado por el Parque Natural de los Pyrénées Ariégeoises (PNPA), vertiente francesa de la Reserva Nacional de Caza del Alto Pallars (RNCAP), y cuenta con la col colaboración del Parque Natural del Alt Pirineu (PNAP), que coincide en parte de su superficie con la reserva.
Los Pirineos como entidad biológica natural y, por tanto, sin fronteras, han hecho que esta especie fuera ocupando territorio a ambos lados de la frontera administrativa desde que se procedió a la liberación. También a partir de esta reintroducción se inició una importante colaboración en materia de control y gestión entre la RNCAP, el PNAP y el cuerpo de Agentes Rurales.
La cabra salvaje en el Pirineo
La cabra o herco, hasta principios del siglo XX, compartía hábitat con el rebeco, ocupando los lugares más altos y accidentados de la cadena montañosa. Muy arisca y poco gregaria, tenía una ponderación gastronómica importante entre los habitantes del territorio. En algunas bodegas de casas solariegas del alto Pirineo todavía están los recipientes de terracota típicos, y se les sigue diciendo “es tupinas de confitado de herco”. En aquella época la caza era una actividad más bien recolectora con el fin de obtener proteína para la subsistencia familiar.
Por último, cabe decir que, tratándose de una especie tan peculiar, en lo que se refiere al hábitat de zonas altas, no entrará en conflicto con los intereses del sector agroganadero del territorio.

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