Redacción – Barcelona – 16/09/2015
Desde el 15 de agosto al 15 de septiembre ha tenido lugar la media veda 2015 con todas las singularidades y normas dependiendo de cada territorio y/o comarca.
La media veda de este año ha sido bastante irregular en todo el territorio catalán aunque la mayoría de cazadores entrevistados han coincidido en que hay un aumento de palomas, palomas torcaces y estorninos y una clara disminución de tórtolas y codornices.
Ya hace varios años que esta tendencia a la baja de ciertas aves migratorias no satisface al cazador de media veda. Todo apunta a que el cambio climático juega un papel importantísimo en este partido, y es que las labores agrícolas se han ido adaptando a las situaciones meteorológicas actuales y esto supone segar y labrar cada vez más temprano, haciendo así que se modifiquen los tiempos de las estancias de estas aves.
Así pues, las codornices que se oyen cantar en mayo-junio, cuando comienza la media veda ya han migrado más arriba, con excepciones como los prados de hierba y algunos campos de leguminosas donde alguna codorniz encuentra refugio y alarga su estancia.
Con las tórtolas ocurre lo mismo, una vez labrado el campo no encuentran el alimento y se marchan, con excepción de la tórtola turca que se convierte en un ave adaptada a estas situaciones y que, además, vive durante todo el año en el mismo lugar sin necesidad de emigrar. Esto, junto con la protección que le otorga la Ley, ave protegida, hace que sea la reina de los entornos suburbanos y sus poblaciones aumenten descontroladamente.
Sin embargo, cada vez hay más cazadores que practican la media veda, pero todavía hay muchos cotos que no quieren abrirla por diferentes razones, la más preocupante es por el miedo a que el cazador mate especies que no tocan a la media veda , como por ejemplo las perdices. Este pensamiento hace daño al colectivo y debería reconducirse.
Se detecta que la caza del zorro, la gaviota risueña, la gaviota de patas amarillas y las urracas no están entre las preferencias de la mayoría de cazadores tratados, a pesar de ser un buen momento para cazarlas y ayudar así a la gestión del coto.