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Eduard Melero – Cardona – 01/03/2014
El ciclo de la vida va rodando y la caza es uno de sus motores
Cuando hablo de caza no hablo de matar, podéis leerlo en el siguiente enlace «cazar no es matar«. La caza lleva más vida que muerte.
La caza equilibra poblaciones y directamente favorece la biodiversidad
A pesar de parecer un contrasentido, la caza es sinónimo de vida. Sin la actividad cinegética habría muchas especies animales y vegetales que directamente desaparecerían. El ecosistema necesita estar en equilibrio para garantizar que la rueda de la naturaleza siga girando y, aquí, entra en escena la caza y su vertiente conservacionista y de equilibrio.
Entre otras cosas, la caza da vida por su función social. Permite que las personas estén activas, tanto mental como físicamente. Vida social es salud, y es clave en el envejecimiento activo, tan escaso en la sociedad actual.
La caza es vida y es necesaria para todos, porque es una herramienta más que sostiene el mundo rural y todo lo que rodea al sector primario. Contribuye a mantener la economía del territorio.
La caza es vida porque permite obtener alimento saludable. La carne de caza es una de las mejores carnes que existe, alta en proteínas y libre de medicamentos, véase El patrimonio gastronómico de la carne de caza.
La caza es vida porque el equilibrio de poblaciones es una medida imprescindible para reducir la siniestralidad con animales salvajes en las carreteras.
