Redacción – Barcelona – 24/08/2015
Nos encontramos a menos de 15 días para que comience el inicio de la caza del jabalí pero la realidad es que muchas pandillas de cazadores no han dejado de cazar por completo desde que se acabó la temporada pasada. Se han autorizado muchas cacerías excepcionales por daños a la agricultura a petición de los propietarios de las tierras cultivadas y esto ha hecho que la actividad no se haya detenido.
En la mayor parte del territorio catalán, el funcionamiento de estas cacerías excepcionales ha sido el siguiente: cuando el propietario del terreno visualiza daños a sus cultivos, éste se pone en contacto con la sociedad de cazadores de la zona y, seguidamente, la sociedad solicita de forma telemática y bastante ágil el permiso para poder cazar. Generalmente, la modalidad de cacería utilizada ha sido la redada, aunque en algunos casos se ha autorizado la espera nocturna para garantizar la eficacia o por seguridad de la zona a cazar. Hasta aquí todo correcto, incluso se ha mejorado, y mucho, la rapidez para conceder los permisos.
Sin embargo, está creciendo el malestar y la crispación entre el sector cazador sobre la gestión que hace el Departamento a través de las brigadas antijabalíes que ha creado. Las brigadas antijabalíes están formadas por agentes rurales que cazan a discreción por la noche, se abaten tantos jabalíes como se puede en zonas de elevadísimas densidades, bajo el amparo de la emergencia cinegética.
Según nos comenta Lluís Soler, miembro de junta de una sociedad de cazadores afectada, los cazadores nos quejamos, ante todo, porque deberíamos ser los mismos cazadores quienes cacéramos estos jabalíes, que por eso pagamos y que no lo hagan funcionarios que cuestan un dinero a todo el mundo. Y segundo, que en muchas de las zonas donde masacren, son zonas de cría, refugio y reproducción en estas épocas de primavera – verano y que durante la temporada (otoño – invierno) se desplazan a las zonas donde cazamos nosotros. Por tanto, si los matan ahora, ¡durante la temporada de caza no los encontraremos! ¿Por qué debemos mantener los costes de la sociedad de cazadores? ¿Qué dice la Federación de todo esto? ¿De qué sirve ser cazador si hay funcionarios que lo hacen por ti?
A continuación se explican dos ejemplos de redadas realizadas estos últimos días, que se están poniendo de moda por características bien diferenciadas.
La primera nos lo explica el Damià Alegret de la provincia de Tarragona y se trata de una redada por daños a los avellanos donde se ha pedido colaboración a diferentes cazadores mediante las redes sociales, concretamente en @ seti.cat, para poder cubrir una buena superficie de bosque y hacerla más efectiva. Damià, David Gasquez miembros de la Junta de cazadores los Motllats y el jefe de grupo Anton Ramon son los responsables de esta brillante idea.
Al grupo se unen en Luis Vispe, Bruno Casanova, Josep Garcia y su padre y Edu Riejos también administrador de @ seti.cat.
A las 6: 15h de la mañana nos encontramos en la entrada del pueblo de Capafonts para hacer la cacería en una zona que es contigua a la Reserva de Poblet, delimitada tras controlar los rastros durante toda la semana. El buen ambiente y las ganas de caza hacen que las horas de viaje sean más soportables.
Después de colocar todas las paradas a las 8: 15h se sueltan 4 grupos de perros de la Sociedad de cazadores los Motllats y miembros de seti.cat. La primera suelta se sortea y le toca a Gerard Llord e Iñigo Calderero subiendo por la ladera derecho, Damià Alegret por la ladera general y David Gasquez por la ladera del Betisto.
Sólo aviar ya se empiezan a mover los jabalíes y empiezan a escucharse persiguen por todas partes. En las líneas de arriba no paran de oírse disparos pero con poca eficacia, a pesar durante el transcurso de la cacería esto va mejorando.
Ya a las 14: 15h ni perros ni perreros pueden más, debido a las altas temperaturas del día y se decide dar por terminada la jornada con 10 jabalíes abatidos, 2 heridos sin cobrar y múltiples fallados. Se hace un recuento aproximado y se contabilizan 55 jabalíes avistados (de los cuales sólo 10 han sido abatidos).
-
Después de la gran jornada nos reunimos todos en el pueblo para hacernos la foto, ya que hemos conseguido el mejor resultado de toda la historia del coto de los Motllats y hacer una comida con muchas risas.
Con esta pequeña crónica se ve claramente que las redes sociales están ayudando a jóvenes cazadores y cazadoras a conocerse y pasarlo bien realizando encuentros de carácter cinegético. El jabalí es una especie que crece cada vez más y que en muchas ocasiones conlleva conflictos, por eso mismo es una buena fórmula que los cazadores se encarguen de gestionar las poblaciones.
la segunda cacería nos la cuenta en Marco Riembau en la provincia de Girona y se trata de una batida excepcional al municipio de Palau-Sator para controlar los daños que ocasionan los jabalíes en los campos de maíz cercanos al municipio.
La proximidad de los campos al casco urbano (algunos incluso llegan hasta las mismas paredes de las casas), y la cantidad de gente que suele pasear por los caminos de la zona, hacía imposible la realización de esta redada. Ante esta situación, la sociedad de cazadores del municipio se puso en contacto con el cuerpo de Agentes Rurales, quienes tras comprobar los daños causados y las características de la zona, autorizaron la realización de la redada cercana al casco urbano. Para poder realizar la redada con el máximo de seguridad, se pidió permiso al ayuntamiento para poder cortar algunos de los caminos de la zona durante la mañana, permiso que fue concedido. El propio ayuntamiento proporcionó la señalización y carteles explicativos para cerrar el acceso a la zona. Además, durante la realización de la redada, los agentes forestales estuvieron presentes en la zona para asegurar que nadie entrara en la zona cerrada donde se estaba realizando la redada.
Desde la sociedad de cazadores se valora muy positivamente la experiencia, como camino a seguir en futuras ocasiones. Era la primera vez que se organizaba una batida de estas características, y la colaboración entre todos los agentes implicados permitió realizar de manera segura y efectiva una tarea de gestión que se hacía imprescindible por los daños que se estaban produciendo en los cultivos .
Hemos visto dos ejemplos de cacería excepcional que pueden marcar un nuevo modelo de cacería social con el objetivo de reducir daños provocados por los jabalíes, donde la juventud y las redes sociales por un lado y la implicación de los entes públicos por otra tienen un papel primordial de cara al futuro. Hay pues, aprovechar estos ejemplos y minimizar los casos descritos por el amigo Lluís Soler.