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Enrique Vélez - Els Hostalets de Pierola - 10/11/2019
El próximo domingo día 13 comienza la temporada general de caza menor.
Con sequía extrema, sin gobierno y con cambio climático, ya está muy cerca (siempre llega), la apertura de la temporada general y el inicio de la esperada caza menor. Pero antes del pistoletazo de salida, hay que realizar siempre todo un protocolo previo: desengrasar las armas, desempolvar el equipamiento, preparar el calzado, revisar que tenemos suficiente munición y también haber estado ejercitándose y haber entrenado los perros (nuestros socios animales).
Una rutina esperada
Volveremos a coincidir en los cafés de la ruta. Con pena, descubriremos que algunos compañeros, por diferentes motivos, ya no estarán. Los nuevos jóvenes, como cuando teníamos su edad, tampoco habrán podido dormir, imaginando la aventura que les espera y nosotros volveremos a revivir lo que llevamos en la sangre.
Perdices, torcaces, conejos, liebres, tordos, becadas, acuáticas, ... todos acudirán como cada año a la cita, pero aun así vamos a sufrir por la incertidumbre de no saber en qué cantidad. De ilusión no nos faltará. Confiaremos en que la cría haya sido buena y que la gestión del acotado haya sido ejemplar.
Llegarán las deseadas jornadas en solitario o con el grupo de compañeros, a nuestro querido campo, persiguiendo o acechando el paso de los frutos animales que la naturaleza nos brinda. Seamos respetuosos recogiendo estas vidas y entreguémonos con el homenaje culinario que se merecen.
Comparte tus ganancias.
Disfrútalos con la familia y con los amigos, porque no hay carne más sana y más pura que la que recolectamos directamente del campo.
Pero sobre todo, tened cuidado, cazar con precaución y asegúrese de que sólo hay la pieza antes de efectuar el disparo, porque ningún accidente es justificable y porque de lo que se trata es de disfrutar de nuestra pasión en simbiosis con la naturaleza y no de alcanzar cuantas más piezas mejor.
Guiar a los jóvenes
Nuestros conocimientos no se pueden perder y esto de la caza es mucha teoría pero mucha más práctica. Cada uno de nosotros es y debe ser un maestro de las próximas generaciones. No dejemos que se pierdan los conocimientos, que son nuestra historia genética y social. ¡Ánimo y perseverancia, compañer@s!
