Redacción – Solsona – 03/09/2016
En Cataluña cada vez se cazan más ciervos, corzos y por supuesto más jabalíes. Esto tiene una parte positiva y una parte negativa. Referente a la primera, los cazadores hoy pueden disfrutar de cacerías más movidas y atractivas porque la elevada densidad de animales hace estar atento a cada minuto de cacería y las cazas normalmente hacen un buen número de animales abatidos. Hace 25 años, cuando los cazadores encontraban un rastro de jabalí, le seguían durante toda la jornada de caza para intentar abatirlo; esto muchas veces suponía atravesar montañas y, en el mejor de los casos, podían llegar a disparar. Así, cuando se cazaba un jabalí se hacía una gran fiesta y todo el mundo participaba activamente mientras lo despellejaban y lo repartían. En cuanto a la parte negativa, hoy en día, esta sobrepoblación ocasiona graves daños a la agricultura, supone un peligro más en las carreteras (el año pasado los accidentes de tráfico con animales salvajes superaron los 2.300 casos), afecta ecológicamente a la rica biodiversidad, puede suponer un problema sanitario grave, … y, además, se convierte en un coste económico considerable por el propio colectivo cazador.
En este contexto surge el actual tema de debate: ¿qué hacemos con los animales cazados? Estamos hablando de miles de toneladas de carne que el cazador no puede absorber y necesitan tener un procedimiento justo, ético y claro. En este sentido, entran en juego las empresas de comercialización de carne de caza, que, al mismo tiempo, pueden ayudar económicamente a las sociedades a paliar una parte de sus gastos durante la temporada.
Ayer por la tarde en Solsona se realizó una jornada informativa sobre la comercialización de la carne de caza y se presentó un nuevo punto de recogida ubicado en el mismo municipio solsonense para que los grupos de la zona puedan aportar los excedentes de carne. El Gerente de la empresa Pirenaica de Carnes de Caza y Gestión, Paco Layús, explicó el procedimiento para poder dar una salida legal a la carne de caza y enfocó la exposición en dos temas clave: el sanitario y el legal/fiscal.
Por otra parte, Jesús Marqués explicó su experiencia en el punto de recogida de Rialp, donde asesora y acompaña a las sociedades de la zona desde hace un año, para que puedan llevar la carne de forma legal.
Así pues, los más de 50 cazadores provenientes de las comarcas del Solsonès, Bages, Berguedà y Anoia pudieron informarse de un tema que lleva años inquietando al colectivo y pudiendo conocer de primera mano la previsión de funcionamiento de este nuevo punto de recogida en Solsona, que iniciará el servicio a partir de esta nueva temporada.