SUBIR – Barcelona – 12/12/2016
En la rueda de prensa de hoy en Lleida (07-12-2016 Segrià), Unió de Pagesos ha mostrado contrario a la reintroducción en nuestro de grandes carnívoros como el oso o el lobo. Alrededor de la jornada que el Departamento de Territorio coorganiza el 13 de diciembre en Boí (Alta Ribagorça) —'Seguimiento y conservación de las poblaciones de oso pardo y lobo en Cataluña'— el sindicato se ha avanzado para exponer las consecuencias para en la ganadería de montaña de la convivencia forzosa con estas especies.
El sindicato considera que los ataques habituales del oso a los rebaños de montaña evidencia que hoy en día no es compatible su protección con las actividades productivas de las comarcas de montaña; ni siquiera haciendo cambios en la gestión de la explotación ya que el agrupamiento de rebaños o el cierre de pastos, aparte de ser una inversión añadida, dificulta el aprovechamiento de los pastos y aumenta el riesgo de problemas sanitarios. De acuerdo con esto, Unió de Pagesos defiende que la decisión de reintroducir el oso debe hacerse de acuerdo con la capacidad del medio de mantenerlos sin perjudicar al ganado doméstico, consultando el territorio, articulando medidas preventivas para todos los sectores ganaderos y contemplando compensaciones efectivas por los daños que puedan causar. Por ejemplo, en la mayoría de ocasiones se hace difícil cuantificar los daños que sufren los rebaños dispersados tras un ataque o los abortos del ganado debido al estrés que les supone sufrir o presenciar un ataque.
En el caso del lobo, Unió de Pagesos insta al Govern a no dar ningún paso para incentivar su presencia en Cataluña; argumenta, con datos del Ministerio de Agricultura, que en los otros puntos del Estado donde existe presencia de lobo tienen serios problemas para compatibilizar su presencia no sólo con la ganadería extensiva —muchas explotaciones se han visto forzadas a abandonar el actividad- sino también con la seguridad ciudadana. Según el censo del 2012-2014 de lobo ibérico, en el Estado español hay 297 lobos, la mayoría en Castilla y León (179), Galicia (84), Asturias (37) y Cantabria (12), y n ha aumentado un 19 % la población desde 2007. En Asturias, según un informe del Fondo para la Protección de Animales Salvajes [FAPAS], sólo en 2015 se contabilizaron 3.032 ataques. En la Comunidad de Madrid, con lo que va de año, se han contado 209 ataques que suponen unas indemnizaciones reconocidas de 89.625 euros. En los últimos años, en Cataluña se han visto lobos en el Alt Urgell, la Cerdanya, el Solsonès, el Berguedà, el Ripollès y el Vallès Oriental. Se cree que se trata del lobo itálico, que viene de Italia a través de Francia. Los Agentes Rurales, además, dicen haber visto lobo ibérico en las comarcas del Ebro, proveniente del Maestrat y calculan que en cinco años se podría instalar en todas las comarcas del Ebro.
En la rueda de prensa, también se ha hecho constar que este escenario de dificultades para llevar a cabo la actividad agraria en montaña a causa de una gestión deficiente de la sobrepoblación de fauna se agrava por los recortes del Govern en determinadas líneas ayuda como las dirigidas a las producciones ecológicas, las indemnizaciones compensatorias para zonas de montaña, o las medidas de agroambiente y clima.
Por todo ello, el 16 de diciembre, Unió de Pagesos ha convocado movilizaciones en las comarcas de montaña: en Berga (Berguedà), Ripoll (Ripollès), Oliana (Alt Urgell), La Pobla de Segur (Pallars Jussà) y el Puente de Suert (Alta Ribagorça). Unas movilizaciones que se convertirán en el preámbulo de la campaña Lucha con Unió de Pagesos por la dignidad del campesinado, la cual culminará con la primera marcha campesina consistente en una gran tractorada desde diversos puntos del territorio que confluirá, el 28 de enero, en Barcelona para reivindicar, además de los aspectos anteriormente expuestos, cuestiones como la representatividad, los instrumentos de apoyo al sector agrario, las medidas compensatorias y la equiparación de los recursos sociales del campesinado a los del resto de la ciudadanía, una ordenación territorial respetuosa con los espacios agrarios, o la justicia y la equidad en el comercio y la distribución de los productos alimenticios, entre otros aspectos.